Diez días después
Seis horas seguidas de pie.
No más de treinta personas delante de nosotros en la cola. Ocho mil personas.
Padres con hijos que no saben quien es Eva Amaral e hijos con padres que no dejan de oir "verás cuando salga Dylan". Y a mí me parecía que esperábamos ver salir a king-kong o al hombre que lanzaba los cuchillos con los ojos vendados.
La música ambiental no ambienta. Me seguía pareciendo un circo.
Eva viste de Huracán y llegamos a soñar que sonaría al final. Ni de coña.
Luego Dylan. Un hombre pequeño, de negro, asado de calor a los 20 minutos y con un sombrero demasiado grande. Después de esperarlo, empieza de repente.
Tan cerca que vemos caer el sudor de su cara y como se recoloca la dentadura.
Canciones y mucha guitarra. Muchas guitarras. Claro que podía haber llevado la cámara.
Comienzo a alucinar.
No dejan de golpearme por atrás para que no me mueva, me calle y no me queje. Yo, naturalmente no digo nada: fuma marihuana. Le dejo que grabe con tranquilidad y pido que se relaje. Me quema con el mechero. Me jode.
Calor. Corre poco aire. Demasiado humo. Igual como consecuencia de ello me imagino que tengo un hacha y le separo la cabeza del cuerpo. Pero no.
Sigue la música. Sonido inigualable. Todo se oye a la perfección.
Dylan hace gestos de Dylan. Dylan no mira. Sólo un momento al final y todos saludamos, él levanta un dedo de cada mano: ok. Y hasta luego, muy buenas. Inolvidable.
Para los que lo verán en Alcalá, León, Santiago, etc:
1. Bob Dylan y Jakob Dylan son clones. Si ves a uno ves al otro, da igual los años de diferencia.
2. Llevaos la cámara de fotos. La escondeis un pelín, y listo. A hacer fotos como locos, porque todos llevaban.
3. Incluso, si no teneis entrada, fotocopiad la de un amigo. Ni la miran.
4. Eso sí, a las botellas les quitan los tapones. jejeje Sin problemas: llevad unos de repuesto en el bolsillo.
5. No os acerqueis a un par de americanos, uno rubio con melena, altísimo y homo horribilis. El otro más bajo, más hooligan, con gorra y de negro. Con riñonera. Sacarán grabadoras y pondrán micrófonos en sus gorras para pillar el concierto bien. Luego la marihuana.
No más de treinta personas delante de nosotros en la cola. Ocho mil personas.
Padres con hijos que no saben quien es Eva Amaral e hijos con padres que no dejan de oir "verás cuando salga Dylan". Y a mí me parecía que esperábamos ver salir a king-kong o al hombre que lanzaba los cuchillos con los ojos vendados.
La música ambiental no ambienta. Me seguía pareciendo un circo.
Eva viste de Huracán y llegamos a soñar que sonaría al final. Ni de coña.
Luego Dylan. Un hombre pequeño, de negro, asado de calor a los 20 minutos y con un sombrero demasiado grande. Después de esperarlo, empieza de repente.
Tan cerca que vemos caer el sudor de su cara y como se recoloca la dentadura.
Canciones y mucha guitarra. Muchas guitarras. Claro que podía haber llevado la cámara.
Comienzo a alucinar.
No dejan de golpearme por atrás para que no me mueva, me calle y no me queje. Yo, naturalmente no digo nada: fuma marihuana. Le dejo que grabe con tranquilidad y pido que se relaje. Me quema con el mechero. Me jode.
Calor. Corre poco aire. Demasiado humo. Igual como consecuencia de ello me imagino que tengo un hacha y le separo la cabeza del cuerpo. Pero no.
Sigue la música. Sonido inigualable. Todo se oye a la perfección.
Dylan hace gestos de Dylan. Dylan no mira. Sólo un momento al final y todos saludamos, él levanta un dedo de cada mano: ok. Y hasta luego, muy buenas. Inolvidable.
Para los que lo verán en Alcalá, León, Santiago, etc:
1. Bob Dylan y Jakob Dylan son clones. Si ves a uno ves al otro, da igual los años de diferencia.
2. Llevaos la cámara de fotos. La escondeis un pelín, y listo. A hacer fotos como locos, porque todos llevaban.
3. Incluso, si no teneis entrada, fotocopiad la de un amigo. Ni la miran.
4. Eso sí, a las botellas les quitan los tapones. jejeje Sin problemas: llevad unos de repuesto en el bolsillo.
5. No os acerqueis a un par de americanos, uno rubio con melena, altísimo y homo horribilis. El otro más bajo, más hooligan, con gorra y de negro. Con riñonera. Sacarán grabadoras y pondrán micrófonos en sus gorras para pillar el concierto bien. Luego la marihuana.
8 comentarios
tehache -
13 -
La verdad es que me hace pensar en esos que dicen que vieron un ovni, muchos blogueros estuvieron allí o lo vieron en cualquier otro concierto, saintdenis.
Saludos anna, estuvo genial.
Hola Dark, te envío besos de repuesto para todos estos días en silencio.
Dark Angel -
anna -
saintdenis -
torpin -
Los fumadores cada vez me dan más problemas, ahora parece que tienen ellos más derechos que yo. Cuando nació mi sobrina y fui al hospital,en la zona del ascensor de cada planata hay una humareda impresionante y si le dices a alguien que está prohibido fumar en todo el edificio señalando los carteles, si hay suerte y lo apagan encima te miran como pensando menudo gilipollas, en fin...
PoisonGirl -
parapo -