Con la mano en el pecho
Me preocupo por un futuro que no sé bien cuando llegará. Normalmente, acaba haciéndolo antes de lo que esperas y te pilla (me pilla) desprevenida y sin saber defenderme. Me preocupo a largo plazo y de manera muy generalizada. Aunque supongo que es una forma de alejar el problema de mí lo más posible, lo cual no debería hacer. Sobre todo teniendo en cuenta que el futuro suele ser mañana por la mañana y que hoy es pasado dentro de dos escasos minutos. Si al final me decidiera en que así están las cosas (y realmente así son las cosas) me centraría en lo que tengo que solucionar poco a poco pero ya, y me dejaría de gilipolleces varias.
De cualquier modo intento pensar lo menos posible en lo que me espera y, como hoy, al llegar a casa y pensar en el día acabar a) riendo para liberarme, o b) llorando para desahogarme. Hoy elegí la opción a.
En las estúpidas clases prácticas que hago en el instituto hoy he descubierto que las niñas no han visto jamás el cuadro de El caballero de la mano en el pecho de El Greco. Hoy lo han descubierto por primera vez. Además han olvidado que es una cariátide y ya no digo un atlante. Ni siquiera recordaban haber visto un par de esculturas de Miguel Angel (hace un mes). Esto daría igual si no estuviera el examen de Selectividad o como quiera que se llame a la vuelta de la esquina.
Al preguntarle a Ro por el examen de la semana que viene, contesta: Sí, entra el Barroco, el Mudéjar, el Renacimiento y... el siguiente también. Que como todos sabemos es el Barroco que aún no lo hemos comenzado, pero que según ella en el examen aparecerá dos veces (!!).
Eso es lo de menos, no me afecta. Luego descubrí como las niñas traen determinada ropa a clase y, antes de comenzar, van al baño con una bolsita de aseo y oh sorpresa! modelito nuevo al instante, mucho más sexy y atrevido. Me pregunto: ¿Estoy en clase o en Estudio'54?.
Al mediodía, cita con el entrevistador. El caso es que lo veía extraño. Una chica abandonó antes de entrar. Uno salió asqueado del tío y del curso. A mí todo me parecía una farsa o una increible puesta en escena de personajes (personajillos) varios. Otro comentó que su proyecto cultural era montar una gestoría fiscal (!!). Y yo, sufriendo a otro que comenzó regalándome sonrisas que no venían a cuento y del que tuve que huir a la una de la tarde porque se me tiraba encima. A punto de largarme. Hasta las narices. Estaba histérica y con ganas de mandarlo todo, absolutamente todo a la mierda.
Que no te note nerviosa, me aconsejaron. (No estoy nerviosa, solo estoy de mala leche, ¿se me nota? quiero que se note, mostrar mala leche)
Después de infinitud de preguntas yo ya no le escuchaba. No veía el momento de largarme y entonces pensé que por mucho que me largara yo seguía -y seguiría estando allí (allí que es aquí)-. Dudo que me explique, pero esta es la sensación de aprisionamiento que a menudo siento.
Entonces pensé en levantarme e irme. Ya no le escuchaba. O mejor, decirle: Pero, a ver, esto es para un curso o para el Consulado en Beirut?. Pero tampoco.
Y, a la pregunta: Convénceme de que te necesitamos en el programa. O_o Sencillamente no contesté nada. Él le daba al intro del teclado cada dos por tres, pero, en realidad no llegó a escribir nada. Yo me quedé mirando la pantalla (este se está riendo de mí o que?). El tío giró la pantalla para él y, posteriormente, comenzó a hacer extraños ruidos casi imperceptibles (dudo que fueran palabras). Me levanté, se levantó corriendo, me estrechó la mano siento haberte hecho esperar antes para entrar y me fui.
1 comentario
Cordelia -
De tu dia a dia no se que puedo decirte, que te animes viendo al "Caballero" que es de lo mas guapo que tenemos...