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Terminal 13

Despedida (y cierre)

Despedida (y cierre) Esta semana ha volado. Jamás me di cuenta en el día en que viví. Sé que hasta el martes, la cosa estaría chunga, porque teníamos reunión de proyecto y estaba algo trastocada pensando qué-podría-pasar (era nuestra primera reunión sin Ísima). El caso es que creo que no todo fue tan mal. Excepto lo que trajo hecho Pumuki, nuestra última adquisición para el grupo y que, como díria Ísima (si estuviera entre nosotros) es cascarón de huevo. El director tachó todo su trabajo sin contemplaciones y dos folios no los leyó (menos mal, luego descubrí que eran auténticas chorradas ilegibles). Luego fuimos a visitar un par de empresas jóvenes: una joyería (que me hubiera encantado saquear) y una galería de arte (de la que quiero apropiarme).
Kel ha estado aquí esta semana. Nos enseñó las fotos del último viaje de sus padres (a la Martinica, creo) con una playa alucinante de esas brillantes que siempre creí que sólo exisistían en las películas. Me enseñó, además, el sitio donde ella ha estado trabajando las últimas semanas, un lugar precioso donde crían y prepararan caballos para competiciones. Según ella, lo peor es que en la casa no había tele ni radio y que se tenía que enterar de los resultados de fútbol gracias a las llamadas que recibía de su hermano.
Y me contó una cosa. Resulta que Ludovic, su compañero de trabajo salía con una chica, Emilie (que trabaja con ellos sólo cuando hay competiciones) pero rompieron. El caso es que durante una de las últimas competiciones a las que fue mi prima Kel, por lo visto, Emilie y Phillipe, el otro "caballero" (por lo de que trabaja con caballos) se acostaron. Luego, en el hotel, los dos chicos dormían en la misma habitación y, cuando Ludovic entró le dijo a Phillipe: aquí huele a Emilie... O_O No nos pongamos nerviosos, pensaría el otro. jajajaa
Por cierto, a todos los protagonistas de la historia se les puede ver en el link que he dejado ;) Mi prima dice que los dos están bastante bien (Ludovic es italiano).
Ayer se me olvidó la cámara de fotos. Pensaba en vaciar la memoria de la tarjeta haciéndonos fotos de nosotros juntos (la última vez) en la casa. Así que tuvimos que hacerlas con la de Kel. Eso fastidia, porque no las veré hasta no sé cuándo. Un rollo, vamos. Me enseñó fotos de la nueva y, de hecho fuimos a verla por la noche. Está muy cerca-cerca de la casa de alguien a quien no quiero ver y, para colmo, ahora seremos vecinos. Uis, que mal rollito con el Sapito...

2 comentarios

PoisonGirl -

Pos yo no sabía la historia esa, jouuuu, no vale pasárselo bien si yo no he llegao :P Pos a mi, que me la suele sudar el asunto me dio mucha penilla, menos mal que dejamos nuestras pintadas contando tragedias en las paredes. Así me descansa el alma un poco, haciendo saber lo que están destruyendo cruelmente.

parapo -

jejeje, pumuki..